Diary of boredom

El 12 de marzo de 2020, vuelvo a casa y dejo la cámara encima de la mesa de la sala de estar. Estoy atonita, intuyendo lo que viene.

En la noche del 12 al 13 de marzo de 2020, la ciudad de Igualada en Cataluña, se ve confinada, una día antes de que lo sea el resto del país.
No he vuelto a coger la cámara desde entonces.
No te sabré explicar claramente porque no puedo cogerla.
Como el perro que, al momento que agarras la correa, menea la cola porque sabe que va a salir a la calle…
No he vuelto a coger la cámara.

Coger la cámara está tan vinculado salir a caminar sin rumbo por las calles del centro de Barcelona, mezclarme con la muchedumbre, observar cómo se cruzan los demás, decenas y decenas de personas en un instante…
No he vuelto a coger la cámara.
Opte por capturar lo de permanecer confinada con mi viejo teléfono.
No he vuelto a utilizar el color.
Decidí contar en blanco y negro el silencio al estar sola en casa.
No he vuelto a coger la cámara y empece mi #diaryofboredom, pensando que se me haría eterno el tiempo.
No he vuelto a coger la cámara pero en esto del nombre, me equivoque; No encontré un instante para aburrirme. Aún así, el nombre permanecerá.
No me podia imaginar (no nos podíamos imaginar….).
No he vuelto a coger la cámara en estos dos meses de confinamiento.

Céline Pannetier

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